¿Por qué te superflipan los test de la Superpop?
Dime qué tests de personalidad rellenas cuando #nadieteve y te diré quién eres.
¿Qué concursante de OT1 eres? ¿Qué canción de Disney resume tu vida sexual? ¿En qué villano te transformas cuando te cabreas? ¿Qué personaje de Los Vengadores eres en la cama?¿Pizza con piña: sí o no? 21 preguntas para saber si hay 'feeling' con tu 'match’. ¿Eres hijo de Julio Iglesias? Haz este test y lo sabrás.
En verdad da igual el tipo de croqueta que seas o si eres más de Peaky Blinders que de Sexo en Nueva York. Si estás leyendo este post, lo que fijo tenemos en común, es que tú también te has preguntado alguna vez…
¿Por qué los tests de personalidad son nuestra debilidad? ¿Es por el gustazo de rellenar huecos misteriosos? ¿Es por la paz mental de encajar en algunas casillas y no en otras? ¿O es aburrimiento al más puro estilo domingo de resaca?
¿Qué será, será? ¿Para qué nos sirven los tests de personalidad?
#1. Para darnos un chute de nostalgia.
Tanto si eres de los ochenta, noventa o dosmiles, no puedes negarlo: alguna vez has hecho algún test de alguna revista. La Superpop, la Bravo y la Cosmopolitan tenían más fans que el Círculo de Lectores.
Y todo ser humano de carne y hueso le ponía ojitos a los tests de vez en cuando. Claro, a ver quién se resistía a averiguar cuáles eran tus armas ocultas para ligar en la cola de la discoteca o qué politono mandar para romper el hielo (qué tiempos 😅)
Ahora, los guilty pleasure de tu adolescencia se han transformado en clickbaits de preferencia gracias a los tests de Buzzfeed o los memes del horóscopo, pero te dan el mismo apaño.
#2. Para hacernos radiografías (y pajillas) mentales
No existe persona que no sienta cierto gustirrinín leyendo sobre sí mismo y destapando misterios como si su vida fuera el mismísmo Poli Deluxe.
Rellenar las casillas de los test de personalidad nos “motiva” a entender en cuáles entramos nosotros y en cuáles no. Es una excusa perfecta para explorarnos a nosotros mismos y buscar esos rinconcitos de nuestra personalidad que todavía no hemos tenido el placer de conocer.
No es que nos vayan a convalidar la carrera de psicología, pero sí nos da una pizquita de comprensión, aceptación y un sutil subidón de ego al que es muy difícil decir negarse.
#3. Para buscar validación facilona.
A ver, a nadie le haría mucho tilín que un test de personalidad le devolviera una respuesta como “enhorabuena, eres un bicho raro”.
Por suerte o por desgracia, lo que nos pone es saber qué encajamos en ideales y terrenos comunes, que pertenecemos a una tribu social donde sentirnos seguros, acompañados y a gusto… y, en definitiva, que la vida no nos hace el vacío.
Somos animales sociales y lo llevamos escrito en nuestro ADN. Eso y que a nadie le gusta salir de cañas de solipandi.
Conclusión: Hate & Love; the final test
🤬 Los haters dirán que los tests de personalidad de las revistas no están respaldados por 9 de cada 10 científicos, como la pasta de dientes.
¿y qué? Eso ya lo sabemos.
Sabemos que no hay que tomárselo todo tan en serio, mucho menos a nosotros mismos.
Sabemos que nadie, ni siquiera la Superpop, puede decirte quién eres basándose en un puñado de preguntas .
Pero para encariñarnos de nuestras rarezas y particularidades, primero tenemos que reconocerlas. Ahí es cuando empezaremos a saborear la pasta de la que estamos hechos. Lo bueno y lo malo. Lo feo y lo sexy. Lo corriente y lo extraordinario.
❤️🔥 El resto ya llegará a su debido tiempo: autoestima, autocuidados y auto-love por un tubo.
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¿No sabes cuál es la cremita que lleva tu nombre y apellidos como si fuera cosa del destino? En menos de un minuto, este test va a emparejarte con tu media naranja cosmética.
Un, dos, tres… ¡a reventar el test! 🤘