SEXOLOGÍA ESPACIAL

Imagina que nos cargamos el planeta Tierra en el que vivimos (vaya idea local ¿eh?) y nos toca colonizar, de a una, el espacio. Crear civilizaciones y eso en planetas que tengan capacidad para que arraigue la vida humana. Y de estar años y años viviendo en naves espaciales de un lado al otro del universo. Mucho se romantiza lo de f*llar en la playa, pero poco se habla de lo complicado del segs en medio de la ingravidez. Pues de eso hablamos hoy, ignición en 3, 2, 1… 

HOUSTON, TENEMOS UNA ERECCIÓN 🚀

Algún astronauta irreverente declaró en el pasado que se levantó todo palote, pero ninguno habla de haber practicado el chiqui chiqui con algún compañero del MIR (a la estación espacial nos referimos… que entre doctores ya sabemos que hay mucho arrejunte). Y es que hay varios factores que no ayudan al momento de éxtasis.

  • La falta de intimidad con más cámaras grabando que Gran Hermano.
  • El estrés cronificado y falta de erotismo de los trajes oversize que hace que no te encuentres en tu prime.
  • La falta de circulación de flujo sanguíneo que dificulta erecciones.
  • La ingravidez: que no solo hace que todo fluido flote… sino que dificulta el propio movimiento propio del coito y ‘empuja’ a tu pareja con cada embestida contra las paredes de la estación.

Pero a grandes males, grandes remedios y hay ciertas cosas en las que se ya se está trabajando oficialmente desde la NASA (al menos desde un punto de vista teórico):

  • Aprovechar el velcro que rodea las naves como material de sujeción y agarre.
  • Inventar sistemas de bridas para asegurar el enganche (si los hay en el cuarto oscuro de tu Sauna de confianza… cómo no los iba a haber en tu estación espacial de referencia).
  • Pensar en trajes espaciales (para dos) especialmente diseñados para ese momento.
  • Involucrar a terceras personas para facilitar la sujeción.

Y con todo y con eso hay un tema con el que no contábamos: la bajada de testosterona. 

SUBES AL ESPACIO… BAJA LA TESTOSTERONA 👨‍🚀

A los (pocos) astronautas que han pasado periodos largos fuera de la tierra… han vuelto con la testosterona por los suelos. Los niveles de radiación que reciben, nuevamente la ingravidez que afecta a los ciclos hormonales, la falta de ciclos normales de ‘dia y noche’. Al volver a tierra recuperan sus niveles ‘normales’ con el tiempo, pero nada se sabe de los impactos en la salud de largo plazo.

  • Una bajada prolongada de esta hormona en los hombres está vinculada a:
    • Una bajada general del deseo sexual.
    • A la dificultad de mantener erecciones.
    • A la pérdida de masa muscular y ósea… lo que afecta en círculos viciosos (de los malos) a la capacidad de generación de testosterona
    • A una disminución del volumen y la calidad del mesen.
    • Descenso de la fertilidad.

Vamos… que como sea verdad eso de que estar en el espacio de manera prolongada baja la testosterona… nos vamos al garete como raza.

F*LLAD, MALDITOS, F*LLAD 🖖

¿Apocalíptico? Puede ser. ¿Posible dado el conocimiento actual y evolución de la ciencia en este campo? Totalmente

 

La solución: como en la cosmética, necesitamos más ensayos y más pruebas. Más gente fornicando en el espacio y contra las paredes. En todas las posiciones y en todas las estaciones. Por el placer, por el futuro de la raza y por la vida en otros planetas. En los viajes de 20 minutos de turismo espacial y en las misiones de largo plazo. Con robots, con juguetes, a solas y en comuna. Por la testosterona, por la ingravidez y por el brindo brindo brindo. La nueva frontera de la expansión de la civilización no se encuentra en los avances en las naves espaciales y combustibles… sino en las pajillas de los astronautas del hoy y del mañana.

P.d: este blog tan didáctico a caballo entre el amor, el segs y la ciencia ficción viene patrocinado por nuestro serum Wowyoung. Para que llegues a tu primer viaje interplanetario con la misma cara que cuando salías del tuto. 

SEXOLOGÍA ESPACIAL

Imagina que nos cargamos el planeta Tierra en el que vivimos (vaya idea local ¿eh?) y nos toca colonizar, de a una, el espacio. Crear civilizaciones y eso en planetas que tengan capacidad para que arraigue la vida humana. Y de estar años y años viviendo en naves espaciales de un lado al otro del universo. Mucho se romantiza lo de f*llar en la playa, pero poco se habla de lo complicado del segs en medio de la ingravidez. Pues de eso hablamos hoy, ignición en 3, 2, 1… 

HOUSTON, TENEMOS UNA ERECCIÓN 🚀

Algún astronauta irreverente declaró en el pasado que se levantó todo palote, pero ninguno habla de haber practicado el chiqui chiqui con algún compañero del MIR (a la estación espacial nos referimos… que entre doctores ya sabemos que hay mucho arrejunte). Y es que hay varios factores que no ayudan al momento de éxtasis.

  • La falta de intimidad con más cámaras grabando que Gran Hermano.
  • El estrés cronificado y falta de erotismo de los trajes oversize que hace que no te encuentres en tu prime.
  • La falta de circulación de flujo sanguíneo que dificulta erecciones.
  • La ingravidez: que no solo hace que todo fluido flote… sino que dificulta el propio movimiento propio del coito y ‘empuja’ a tu pareja con cada embestida contra las paredes de la estación.

Pero a grandes males, grandes remedios y hay ciertas cosas en las que se ya se está trabajando oficialmente desde la NASA (al menos desde un punto de vista teórico):

  • Aprovechar el velcro que rodea las naves como material de sujeción y agarre.
  • Inventar sistemas de bridas para asegurar el enganche (si los hay en el cuarto oscuro de tu Sauna de confianza… cómo no los iba a haber en tu estación espacial de referencia).
  • Pensar en trajes espaciales (para dos) especialmente diseñados para ese momento.
  • Involucrar a terceras personas para facilitar la sujeción.

Y con todo y con eso hay un tema con el que no contábamos: la bajada de testosterona. 

SUBES AL ESPACIO… BAJA LA TESTOSTERONA 👨‍🚀

A los (pocos) astronautas que han pasado periodos largos fuera de la tierra… han vuelto con la testosterona por los suelos. Los niveles de radiación que reciben, nuevamente la ingravidez que afecta a los ciclos hormonales, la falta de ciclos normales de ‘dia y noche’. Al volver a tierra recuperan sus niveles ‘normales’ con el tiempo, pero nada se sabe de los impactos en la salud de largo plazo.

  • Una bajada prolongada de esta hormona en los hombres está vinculada a:
    • Una bajada general del deseo sexual.
    • A la dificultad de mantener erecciones.
    • A la pérdida de masa muscular y ósea… lo que afecta en círculos viciosos (de los malos) a la capacidad de generación de testosterona
    • A una disminución del volumen y la calidad del mesen.
    • Descenso de la fertilidad.

Vamos… que como sea verdad eso de que estar en el espacio de manera prolongada baja la testosterona… nos vamos al garete como raza.

F*LLAD, MALDITOS, F*LLAD 🖖

¿Apocalíptico? Puede ser. ¿Posible dado el conocimiento actual y evolución de la ciencia en este campo? Totalmente

 

La solución: como en la cosmética, necesitamos más ensayos y más pruebas. Más gente fornicando en el espacio y contra las paredes. En todas las posiciones y en todas las estaciones. Por el placer, por el futuro de la raza y por la vida en otros planetas. En los viajes de 20 minutos de turismo espacial y en las misiones de largo plazo. Con robots, con juguetes, a solas y en comuna. Por la testosterona, por la ingravidez y por el brindo brindo brindo. La nueva frontera de la expansión de la civilización no se encuentra en los avances en las naves espaciales y combustibles… sino en las pajillas de los astronautas del hoy y del mañana.

P.d: este blog tan didáctico a caballo entre el amor, el segs y la ciencia ficción viene patrocinado por nuestro serum Wowyoung. Para que llegues a tu primer viaje interplanetario con la misma cara que cuando salías del tuto. 

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